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Un “MAR” de creadoras rurales en la estepa monegrina
Medio millar de personas asistieron el pasado fin de semana al lanzamiento de la plataforma MAR, la primera red de artistas y artesanas del medio rural aragonés.
19/10/2021
Arte · Artes Escénicas · Artesanía · Artistas Rurales · Creadoras Rurales · Festival Rural · Mar Festival · Mujeres
Lo que ocurrió el sábado 16 de octubre en Castelflorite (Huesca) es difícil de explicar con palabras. En primer lugar, porque este pequeño municipio monegrino de apenas sesenta habitantes, nunca había recibido tanta afluencia de gente; más de medio millar de personas. Y en segundo lugar, por la energía y el entusiasmo que se respiraba y porque todo el mundo, independientemente de si formaba parte o no de la organización, arrimó el hombro y respaldó al medio centenar de artistas y artesanas que participaban en el primer Festival Multidisciplinar de Creadoras Rurales de Aragón, el MAR Festival.
Vecinas y vecinos que prestaban termos para que el café llegase caliente a la presentación; otros que cedieron sus casas para poder cocinar las paellas que comerían las participantes; las trabajadoras del Bar El Castillo, que pese a estar completamente desbordadas, prestaban todo tipo de enseres. Desde cubos y fregonas, a sacacorchos para descorchar el vino; el equipo de voluntarias y voluntarios del propio pueblo de Castelflorite que iban de aquí para allá colocando mesas y sillas, controlando aforos, atendiendo en todo momento a las participantes y solucionando cualquier imprevisto; o el alcalde, Pedro Loscertales, que es una “joyica” en bruto y que tan pronto montaba un andamio, o instalaba baños químicos, como iba a recoger carpas a la sede comarcal o se recorría todos los supermercados de los pueblos colindantes hasta dar con cada uno de los ingredientes que la cocinera, Adriana, la valenciana, le había apuntado en la lista.
Por no hablar de las artistas y artesanas participantes, integrantes, todas, de esta nueva plataforma de creadoras rurales recién parida en Aragón, y que además de su talento y arte, mostraron una empatía y un altruismo difícil de igualar.
También el equipo de la organización, capitaneado por Berta, Marta y Nacho, mas todo el tropel de amigas y amigos que acudieron el día de antes, la mayoría en bicicleta, para dejarlo todo encarrilado. Allí estuvieron haciendo cadenetas para descargar el material, limpiando y organizando los diferentes rincones que al día siguiente servirían de escenario, llenando el pueblo con coloridos banderines, y ayudando a colocar las primeras obras que iban llegando con cuentagotas. Como las originales piezas de tejeduría creativa de María de la P de San Vicente (Huesca), los sorprendentes cuadros y la escultura colgante de Marta Rebato de Belchite (Zaragoza) o las fotografías escénicas de la binefarense María Mateo, que terminó de colocar ya entrada la noche.
No hay hostales, ni albergues en Castelflorite y por eso las que vivían más o menos cerca regresaron a sus casas tras dejarlo todo apañado, otras marcharon a dormir a pueblos de la zona y las más aventuradas, hicieron uso de la zona de acampada habilitada junto al refugio, a las afueras del pueblo. Como las chicas de Öh taller Creativo Rural, Sara, Patricia y Judith, que venían desde Castellote (Teruel) para participar por primera vez en una feria artesanal; o Arzu Su de Fraga (Huesca), que tenía que madrugar para ponerse al frente del gigantesco mural que había diseñado para la fachada del salón multiusos y que pasó prácticamente toda la jornada del sábado subida al andamio intercalando rodillos y pinceles; o Natalia Oliveros, de Artieda (Zaragoza), que impartía al día siguiente un taller de hula hoop y también dejó su impronta en el precioso mural que ha quedado como recuerdo de este hermoso proyecto colectivo llamado MAR – Mujeres Artistas Rurales.
Y llegó la mañana del sábado y empezaron a desfilar por las calles de Castelflorite artistas y artesanas venidas de las tres provincias de Aragón y gente, mucha gente, que quería asistir a la presentación de la plataforma www.mujeresartistasrurales.es. Una web gratuita que de momento aglutina a un total de doscientas veinticinco creadoras rurales de trece comarcas diferentes y que a partir de noviembre se extenderá por todo el territorio aragonés.
Sus creadoras, Berta Gascón y Marta Gimeno, con los nervios a flor de piel, subieron al escenario para explicar el sentido de dicha plataforma y hablar de la importancia de visibilizar a las creadoras rurales, de promocionar y poner en valor sus trabajos y fomentar, entre todas, el surgimiento de proyectos, como el que iba a tener lugar ese mismo día: el primer Festival Multidisciplinar de Creadoras Rurales de Aragón, el MAR Festival.
Estas dos jóvenes lanzaron en el mes de febrero, gracias al apoyo del Proyecto Concilia, una campaña de búsqueda de artistas y artesanas rurales y poco a poco han ido tejiendo una red de creadoras a nivel regional. Un trabajo de hormiguitas cuya primera fase culminaba este 16 de octubre con la presentación de la web y del MAR Festival. Y que ha servido para que toda esta montonera de mujeres diversas se conozcan, se empoderen y se pongan a tramar acciones y proyectos en común.
A las diez de la mañana, un grupo de mujeres se arremolinaba en la calle Miguel Servet. Eran las artesanas que desde bien temprano empezaron a ocupar las mesas de la feria artesanal y desplegaron su arte y buen hacer durante toda la jornada. Como Alicia Preciado, del Atelier de Monegros en Grañén (Huecsa), que trabajó codo con codo junto a su hijo y que al final del día, muy emocionada, hablaba de la importancia de que “las nuevas generaciones sean educadas para que valoren y apoyen el empoderamiento femenino y conseguir así una igualdad real”.
O Vanessa Gargallo de Hecho (Huesca), Salamanchesa, que presentó en la feria los dos cuentos que ya tiene publicados: “Un dragón con suerte” y “Esca y la salamandra mágica”. También estuvieron Alexandra Viret, de Ayerbe (Huesca), con sus dibujos de energía, y Erica Urdeitx, de La Peña Estación (Huesca), con sus preciosas cajitas y buzones de madera. O la grandísima Mary Tricas, de San Lorenzo del Flumen (Huesca), que además de participar en la feria, impartió un taller de modelado de barro que fue todo un éxito; y Patricia, Eva y Tatiana, de Con olor a Canela, Alcubierre (Huesca), que llenaron su stand con bonitos diseños de ropa infantil y complementos textiles, y una estupenda tirada de jabones artesanales.
Alicia, de Liberté Artesanía de Biescas (Huesca) y sus pirograbados y piezas de cerámica y macramé; Aimeé Luna que viajó desde Borja (Zaragoza) con toda la familia y expuso sus dibujos y piezas de joyería y también participó a última hora de la tarde en la Jam de Poesía. Angeles Climent de Mosaicos Antakipe, de Azuara (Zaragoza), que deslumbró con sus minuciosos trabajos, bandejas, cajitas y espejos con teselas. Elena del Junco de Sariñena (Huesca) y sus hermosos diseños y estampados; Laura Buey de Santa Engracia de Jaca (Huesca) con su colorida colección de ropa para toda la familia y las preciosas telas que diseña Alfonso, su pareja. Y Nuria, de Natural Country Soaps, que acudió junto a su hija, y que desplegó por su mesa una inmensidad de ricos jabones artesanales, discos desmaquillantes, compresas reutilizables y bolsas porta-meriendas.
Las actividades del Mar Festival se solapaban para evitar aglomeraciones. En el interior del salón multiusos, la compositora argentina Gloria Geberovich de Binéfar (Huesca), se lanzaba con un recital precioso e intimista acompañada por el pianista Manuel Klainer, y la actriz Txaro Martínez; llenaron la sala. Afuera Arzu Su acaparaba miradas subida al andamio y muy cerquita, niños y mayores iban ocupando los bancos que rodeaban la colorida caravana que Belentuela había instalado en mitad de la plaza Constitución. Un espectáculo cuentacuentos la mar de divertido que nos regaló la polifacética Belén Castel de Ariéstolas (Huesca).
Mientras los niños canturreaban las canciones de Belentuela, los mayores descubrían la Sala Azul de Castelflorite donde se instaló la exposición multidisciplinar del MAR Festival. Una preciosa muestra que sorprendió tanto por la variedad, como por la calidad de los trabajos que recogía. Como las bellísimas ilustraciones que Anabel Juste (Monzón, Huesca) diseñó para la ocasión; los coloridos paisajes de María Maza (Barbastro, Huesca); los retratos de Josephine Monter (Sena, Huesca) y las fotografías de Noelia Díaz (Berbegal, Huesca), de Pasión por un click. Sorprendió la habilidad transformativa de Teresa Abad (Chimillas, Huesca), con su nube de lana de oveja y el sol de cera, y la instalación de la joven Mar Aguilar (Mequinenza, Zaragoza), un homenaje a su abuelo y a la vez un relato totalmente diferente de una enfermedad muy dura llamada Alzheimer.
La gente se acercaba al punto informativo para comprar camisetas y apuntarse a los talleres. Fueron un éxito total. Modelado de barro, hula hoop, el Kilómetro Artístico de la pintora Mj. Chinestra (Frula, Huesca), que desplegó en la subida del castillo un rollo de papel inmenso y toda su creatividad, animando a peques y mayores a completar metros y metros de dibujos colectivos. El taller de Aran Danzas (Javierre del Obispo, Huesca), que aglutinó en la plaza de la Iglesia a un montón de mujeres dispuestas a aprender a girar con las faldas de vuelo que Aran había preparado para la ocasión. O el de pictoterapia de Marta Rebato (Belchite, Zaragoza), que reunió ya por la tarde en el salón, a un grupo muy variado de personas que querían descubrir qué era eso de la arteterapia.
Preciosa propuesta también la de la Jam de Poesía. Micro abierto y libertad total para plantarse delante del micro a compartir pensares e inquietudes y recitar a viva voz. A más de una se le saltaron las lágrimas. Situación que se repitió durante la Jam Musical. Cuando Pilar Monter, con el acordeón y Nuria Montull con la gaita de boto, ambas de Sena (Huesca), irrumpieron por la cuesta del castillo dando comienzo a la misma interpretando dances monegrinos y danzas rituales provenientes de los celtas. Mención especial también para la cantante L’ Asía Luna (Artosilla, Huesca) y su compañera Dj Luna Roja, dos mujeres poderosas que sorprendieron e hicieron bailar a todas las presentes al son de su “Rural Style”. A la Jam Musical también se sumó Estela Pinilla (Monzón, Huesca) con una interesante intervención que unía baile y pintura, y todo al mismo tiempo.
Las artes escénicas tuvieron un espacio importante en esta primera edición del MAR Festival. Y no era de extrañar teniendo en cuenta que la Asociación ARTmosfera, la que está detrás del festival y de la plataforma MAR, centra buena parte de su actividad en dichas artes en la comarca de Los Monegros.
Por el escenario de la iglesia pasó Karla, de la compañía Poika Teatral, venida desde Fuentes de Rubielos (Teruel) con su espectáculo “CuCaLoLa”. Una original y divertida propuesta que nos sirvió para reflexionar sobre la super dependencia que tenemos hacía los plásticos y la cultura del usar y tirar.
Ya por la tarde llegó el turno de la Varieté Escénica, que superó todas las expectativas y llenó la plaza por completo. Artistas que nos hicieron reír e incluso llorar de la emoción. Como Patri Coronas, la mejor payasa de la comarca de Los Monegros, natural de Grañén, pero afincada desde hace poco en Plasencia del Monte (Huesca), y que tan pronto le gritaba a una vecina que seguía el espectáculo desde la puerta de su casa “señora, por mujeres como usted, que fueron valientes y guerrearon, nosotras hoy podemos dedicarnos a hacer el payaso”, como rompía una lanza en favor de sus compañeras haciendo hincapié en la importancia de respaldar y no menospreciar a las artistas, sobre todo desde los propios núcleos familiares.
La varieté dio para mucho. Clarisa Hunziker, de Jaca (Huesca), sorprendió con su espectáculo de pole dance; la joven María Mateo con su preciosa pieza de danza contemporánea; Noche Diéguez, desde Bolea (Huesca), con un espectáculo de equilibrios la mar de divertido y aplaudido, que apareció con traje de jotera y castañuelas zarandeando una bota de vino y con una seriedad muy, pero que muy trabajada. La nota más especial y emotiva de la varieté la pusieron Kamen Nogués (La Almunia del Romeral, Huesca) y Josán Rodríguez con un espectáculo de danza integral que fue una auténtica hermosura y que nos dejó a todas las presentes con el corazón abierto.
Y por si fuera poco, después de casi diez horas de actividades (todas gratuitas), concierto de despedida a cargo de Las Guindillas, que tomaron por completo la plaza y nos hicieron disfrutar y bailar como hacía tiempo.
En resumidas cuentas: mujeres de muy diversas edades, geografías y perfiles que han trabajado codo con codo para sacar adelante una iniciativa cultural que transformó por un día el pueblo de Castelflorite y que nos ha dejado a todas boquiabiertas y con ganas de más.