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Teresa Catalán nació en Teruel y vive en Mora de Rubielos, en la comarca de Gúdar-Javalambre, desde 2017. Un precioso pueblo de 1666 habitantes con múltiples monumentos y una oferta gastronómica envidiable. Teresa se instaló en Mora porque es el pueblo de su abuela materna, porque trabaja en una localidad cercana (Rubielos de Mora) y porque le gusta vivir en el medio rural.
Es diseñadora gráfica y diseñadora industrial a partes iguales. Un híbrido, como le gusta denominarse. Hace diseño gráfico, diseño web y de producto y además desarrolla su propia línea de joyería artesana.
Dice que la creatividad le ha acompañado desde siempre. Empezó en el colegio dibujando, aprendió acuarela en el instituto y posteriormente estudió Diseño Industrial en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Diseño de Valencia.
En la actualidad trabaja en el departamento de Marketing de Turomas, una empresa de Rubielos de Mora desarrollando su lado más técnico creativo y el tiempo que le queda libre lo invierte en realizar pequeños trabajos de diseño para empresas de la comarca y en el diseño y creación de sus piezas de joyería artesana.
En 2016 fue finalista de los Premios Acento G con el proyecto Siente Valencia, una colección de postales en relieve diseñadas para invidentes. Estos galardones premian los mejores Trabajos de Fin de Grado (TFG) de las diferentes escuelas de diseño del país.
Teresa no se siente condicionada como mujer y creadora del medio rural, aunque reconoce que en un pueblo a nivel de recursos no tienes las mismas facilidades para acceder a una conexión a internet digna, a comprar materiales o incluso a crear colaboraciones con personas de sectores similares. Habla de intrusismo, de la escasez de mercado y de que en ocasiones a los posibles clientes se les olvida que tienen a una profesional al lado o piensan que fuera del pueblo van a realizar mejor el trabajo.
Dice sentirse apoyada y respaldada por la gente del entorno y no así por las instituciones. Y a la hora de lanzarse a desarrollar un proyecto creativo en el medio rural recomienda luchar y no rendirse, porque cuando le pones empeño y ganas el fruto llega.



