Teresa Alcubierre nació en Robres, en la comarca de Los Monegros, y allí ha vivido toda la vida. Robres es un pueblo muy acogedor, ubicado en las estribaciones de la Sierra de Alcubierre. Allí viven 550 personas.

Teresa estudió en la Escuela de Arte de Huesca. Es escultora, hace tallado en piedra y colabora con la compañía de teatro del pueblo en la realización de las escenografías. También diseña ropa. De hecho, algunas de sus exposiciones combinan esculturas y prendas de ropa recicladas y confeccionadas por ella misma. Ha dado cursos y ha expuesto y vendido sus piezas en mercados medievales y en ferias y festivales de Aragón, como la Feria de Sariñena, la de Perdiguera o el Festival OkupArte de Huesca. Ahora trabaja exclusivamente por encargo para particulares e instituciones. Suya es la imagen de Santa Águeda de la iglesia de Robres y muchos de los escudos de los ayuntamientos de la comarca.

La satisfacción que le genera su trabajo es inmensa. No solo cuando ve terminada la obra, sino durante todo el proceso creativo, pero le cuesta vivir de ello, tanto ponerle precio a las piezas, como cobrar por ellas. Quizás por eso decidió estudiar Hostelería en la escuela de Huesca. Allí descubrió una nueva pasión y desde 2002 compagina ambas: la piedra y los fogones.

No se siente condicionada por el hecho de ser mujer y creadora en el medio rural. Nunca tuvo problemas al desarrollar su actividad en el pueblo, ni siquiera por el ruido. Su trabajo despertaba mucho interés. Montó el taller y las vecinas/os entraban y se quedaban ahí de pie viéndole esculpir la piedra. El trato, la cercanía con la gente del entorno, la tranquilidad y el tiempo son las principales ventajas de crear en lo rural. Por el contrario, no es fácil encontrar personas que se dediquen a lo mismo.