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Soledad Franco nació en Valencia y vive en Sabiñánigo, en la comarca del Alto Gállego, desde 1996. Llegó atraída por el entorno, huyendo de las grandes ciudades; deseo que nació en su infancia, cuando veraneaba con sus padres en Jaca. Dice que Sabiñánigo tiene el entorno más espectacular de todo el pirineo además de disponer de todos los servicios necesarios para desarrollar cualquier tipo de actividad. Allí viven algo más de 9.000 personas.
Estudió en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Zaragoza y desde entonces he estado ligada al arte y a los oficios profesional y personalmente. Su preparación le identifica como escultora y su trayectoria como artista multidisciplinar. Desde hace poco más de cuatro años centra su carrera en el diseño y realización de piezas exclusivas de joyería artesanal, desarrollando su propia marca de joyería de autor.
En todo este tiempo ha empleado sus múltiples conocimientos en crear nuevas colecciones que sorprendan utilizando siempre la porcelana como materia base de sus creaciones. Con la naturaleza como continua fuente de inspiración y con materiales 100% naturales y 100% reciclables, intenta llegar a un público amante de lo natural y el arte sostenible.
Soledad es miembro de la Asociación de Artesanos de Aragón y suele acudir como invitada a ferias del entorno y otras comunidades del territorio nacional donde vende sus piezas. La venta online, a través de su web y de las redes sociales (Facebook, Instagram y Youtube), apoya su actividad dando visibilidad y salida a sus creaciones. Las considera herramientas imprescindibles para el desarrollo de la marca personal, para la difusión de nuevos productos y eventos que va realizando.
A su trabajo solo le ve ventajas, a pesar de que la especialización en el mundo digital es cada vez más exigente, y hay que dedicarle mucho tiempo, esfuerzo y dinero. No se siente condicionada por el hecho de ser mujer y creadora en el medio rural. Tiene la ventaja de que la clientela le conoce muy rápido, lo que le permite generar relaciones de confianza y cercanía con la gente, e incluso de amistad en muchos casos. Por el contrario, no hay volumen de público suficiente para mantener el negocio y que por eso debe apostar por la venta online. Dice que se siente apoyada por la gente del entorno, aunque le gustaría un apoyo más firme por parte de las instituciones.



