Silvia Cored nació en Huesca en 1990 y está afincada en Chimillas, un municipio de 410 habitantes en la comarca de la Hoya de Huesca. La obra de esta artista multidisciplinar es una expresión visual y metafórica de las relaciones entre los humanos y la naturaleza. Trabajos que vienen a señalar cómo un giro radical en nuestra cosmovisión podría suponer un punto de inflexión frente a la incertidumbre ambiental y social. 

Ha estudiado Sostenibilidad, Ética Ecológica y Educación Medioambiental en la Universitat Politècnica de València (UPV), aspectos muy presentes en su producción artística. Durante el año 2021, desarrolló la obra Agua para el río Astón en colaboración con los habitantes de Loarre (Huesca) y dentro del proyecto Nuestro río, un proceso de intervención y creación artística comunitaria en el entorno del río Astón, incluido en el programa europeo de cooperación territorial POCTEFA y financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Además, ha trabajado como aprendiz de profesora en Arte y Ecología Humana en la Brockwood Park School, en Bramdean (Inglaterra). Anteriormente, fue educadora de museo en el Museo Pérgamo y el Neues de Berlín. Durante su estancia en esta ciudad, también fue asistente de galería y realizó una residencia artística a través del Ayuntamiento de Valencia, en la cual desarrolló el proyecto Riu. En él abordaba la crisis ecológica y el comportamiento humano inspirándose en la novela de Herman Hesse Siddharta.

Su trabajo tiene dos ramas: los proyectos de arte por un lado, y, por otro, las pinturas. En lo primero, combina el Eco-arte y el Arte Colectivo junto a la Filosofía, la Ética Ecológica y el Diseño Especulativo, generando así nuevas perspectivas y, con suerte, soluciones a la actual crisis ecológica. 

Tras las pinturas de Silvia no hay objetivos ni intenciones, sino que, como ella misma explica, se trata de un flujo de colores sin propósito: un caos ordenado a través de la intuición, el espacio y el tiempo. La artista deja que la pintura fluya hacia sí misma, como lo hace el mundo natural con sus deslumbrantes fractales y sus coloridas expresiones. No hay ningún plan para nada de eso, ninguna imagen en mente que ella esté tratando de crear. Silvia captura el movimiento y la ligereza que observa, encontrando el equilibrio mientras trabaja. Su mano baila sobre la imagen, como en trance; movimiento moleculares, carentes de gravedad, pero libres. 

Investiga sobre pigmentos naturales y lo plasma en su proyecto Symbiotic Colours, dedicado a la producción de pinturas naturales y proyectos de arte educativos. Solo utiliza ingredientes naturales y pigmentos y pinturas que ella misma elabora, eliminando así cualquier material que pueda resultar dañino o tóxico de su obra, como ocurre con muchos productos comprados en tiendas. Ella misma busca los minerales, plantas, hongos y líquenes necesarios para su realización, y es en esta conexión con la naturaleza donde encuentra su inspiración.