Rosario Garcés nació en Monzón, en la comarca del Cinca Medio, y allí ha vivido toda la vida movida por el arraigo, la familia y las oportunidades laborales. La trayectoria de este municipio en lo que a certámenes culturales y exposiciones se refiere lo han convertido en todo un referente cultural y artístico. En Monzón viven unas 17.000 personas.

Rosario compagina su trabajo de arquitecta técnica con los estudios de Psicología y con el dibujo y la pintura. Dibuja a grafito, principalmente hiperrealismo, y también pinta al óleo. En un futuro tiene en mente empezar a experimentar con la acuarela aprovechando un curso que van a realizar diferentes miembros del Colectivo Arte Monzón.

Siempre le gustaron el dibujo y la plástica, desde que era una niña, y hace unos años decidió retomarlo y apuntarse a la Escuela de Arte municipal. Practicaba pintura al óleo y pastel. Poco después, junto con un grupo local de aficionadas/os, constituyeron el Colectivo Arte Monzón, agrupación artística muy centrada en el hiperrealismo. Participa en las exposiciones que monta el propio colectivo y también en Arteria, la Feria de Arte Contemporáneo de Monzón. Se considera una entusiasta seguidora de Lita Cabellut, la artista internacional nacida en Sariñena.

No se siente condicionada como mujer y creadora del medio rural, aunque reconoce que en la ciudad hay mayores facilidades, sobre todo a nivel formativo. Dice que, exceptuando dicha limitación, el entorno rural es el ideal para reencontrar la faceta creativa. Rosario desarrolla también sesiones de Arteterapia, una disciplina que, según dice, tiene un importante potencial sanador y que es capaz de liberarnos y transformarnos. La creación artística le permite conectar consigo misma, ser autosuficiente y superarse día a día aunque a veces le resulte complicado sacar tiempo para poder completar y finalizar obra por la imposibilidad de compatibilizarlo con las obligaciones diarias.