María José Mora Gil nació en Zaragoza pero vive en San Mateo de Gállego desde 1982. Decidió montar allí su taller de modista después de que destinaran a su marido a la escuela de este municipio de más de 3.400 habitantes perteneciente a la Comarca Central. 

Dedicada al diseño y la confección de vestuario para ballet y otras artes escénicas, ha producido para diferentes compañías españolas, como el ballet de Zaragoza, desde 1996 hasta su cierre, o para la compañía de danza de Miguel Ángel Berna. También ha elaborado trajes regionales tanto en Aragón como en Andalucía, y ha impartido clases sobre este tipo de indumentaria en San Mateo de Gállego, Botorrita, Leciñena y Zaragoza.

En 2016, y tras jubilarse, retomó su pasión por la pintura. A pesar de haber estado siempre presente en su vida de una u otra forma, tuvo que abandonarla durante largos periodos de tiempo por motivos laborales.

Emplea un estilo figurativo y realista y utiliza diferentes técnicas, como el óleo, el pastel, los lápices de colores o el óleo seco. Esta última es una de sus favoritas y la descubrió tras asistir al estudio Artelibre (Zaragoza) con el maestro José Enrique González.

Actualmente, trabaja sobre todo la pintura digital, disciplina que conoció a través de Jaime Sanjuan Ocabo. Con él aprendió a pintar en iPad con el programa Procreate.

Ha sido incluida en la Guía de Arte Leonardo (un catálogo dedicado a artistas internacionales) de 2019, 2020 y 2021. En enero de 2020, realizó una exposición individual en San Mateo de Gállego. Más tarde, participó en una muestra colectiva en Turín (Italia) con su obra digital.

Es finalista del Primer Concurso de Pintura Digital (2022) de Libredigital y por este motivo formará parte de la exposición colectiva del Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona durante el mes de abril de 2022.

Además, participa en las exposiciones anuales del colectivo APMI de Zaragoza, del que forma parte. Su obra también forma parte de la exposición permanente en la galería virtual de Artelibre.net, en la sección de pintura. Y a finales de marzo tiene previsto inaugurar una muestra individual en San Mateo de Gállego.

Considera que vivir en una zona rural sí condiciona sobre algunos aspectos, como los desplazamientos o el acceso a los estudios. También a la hora de desarrollar una carrera artística, en lo que respecta a los servicios de venta y a la publicidad. Sin embargo, piensa que las redes sociales consiguen suplir muchas de estas carencias. Prueba de ello, dice, son las iniciativas que sirven como altavoz al medio rural.