A veces me llaman la navaja suiza de la cultura, porque a lo largo de estos años he podido hacer un poco de todo. Organizar y montar exposiciones, diseñar carteles, folletos y catálogos, preparar talleres, restaurar esculturas, pinturas, muebles y cabezudos, pintar murales, rotular pizarras y cartelería, escribir artículos… Pero también enseñar pintura y dibujo, y pintar y dibujar. Esas son las faenas que me he buscado durante los más de 20 años de experiencia que acumulo.

Empecé muy pronto a pintar, y a asistir a clases. Más tarde me fui a Salamanca para licenciarme en Bellas Artes. Volví, y desde entonces estoy desarrollándome en la zona del Somontano.

Mi proyecto estrella, mi niña bonita, se llama La Ciencia del Garabato. Llevo desde el 2019 enseñando a la gente a utilizar el dibujo como herramienta de pensamiento, porque me parece la bomba. Y quien lo prueba se queda para siempre ya en ese estado feliz de esquemas, flechas y visual thinking. Es como darle a tu cerebro unas zapatillas ligeras para caminar sin pausa. Sirve para tu empresa, tus estudios, tu organización personal, para el autoconocimiento… Y también para explicar a los demás cosas que tienes en la cabeza, o para trabajar en equipo…

Vivo en una casa a las afueras de Barbastro con mi familia y mis bichos. Hago un huerto todos los veranos, y algún día mi jadico y yo conquistaremos el invierno.

Me encanta ir a los pueblos pequeños a hacer cosas culturales. Este último año he podido hacer exposiciones en Coscojuela de Fantova, Costean, Colungo… He pintado mural en Castillazuelo y Tabernas de Isuela… Creo que allí donde hay vecinos hay derecho a la belleza y a la diversión, sin importar si es un núcleo grande o pequeño.