Malia Pérez nació en Oliete, un pueblo a los pies del río Martín, en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos (Teruel). Desde este municipio de calles estrechas y umbrías, pero con una vegetación vistosa y una extensa chopera, produce su obra, en la que la cerámica es su universo creativo.

Licenciada en Bellas Artes, ha cursado también un máster en arteterapia. Tras dar vueltas por otros lares, regresó a Oliete porque la ruralidad le atrae, la siente, le nace y, a pesar de las dificultades a nivel profesional y laboral, decidió seguir viviendo en esta localidad de unos 360 habitantes.

Pasa horas en su taller cuando la crianza de sus hijos y los malabares con el tiempo se lo permiten. Trabaja con arcillas locales y su producción creativa tiene dos partes: una en la que elabora piezas cerámicas utilitarias, y otra realizando piezas escultóricas. 

Al inicio de su andadura profesional llevó a cabo una serie de talleres con el fin de acercar el lenguaje artístico a distintos colectivos y a la sociedad en general. Actualmente estos talleres los imparte pero con el barro como principal material y lenguaje.