Luisa Hernández nació en Zaragoza y se define como una mujer curiosa e inquieta. En 2017, tras un cambio vital, se trasladó a la comarca del Alto Gállego buscando mayor contacto con la naturaleza. 

En la actualidad reside en Osán, un pequeño pueblo del Valle de Tena en el que viven una docena de personas. Lo escogió por su tranquilidad y belleza, y por las inmensas montañas que lo rodean.

Luisa compagina la enfermería con las artes escénicas; danza y circo fundamentalmente. En el campo de la salud desarrolla esa vocación de ayuda y acompañamiento que lleva dentro, y el arte le lleva a expresarse, conectar consigo misma y sentirse viva. Dice que la enfermería le aporta estabilidad laboral y económica, pero a la vez, le quita tiempo y “foco” para dedicarse a la creación y a la impartición de talleres de danza y circo.

Cuenta que desde pequeña se ha sentido atraída por lo artístico y ha experimentado en su propia piel el beneficio que el trabajo corporal y creativo aportan, y que por eso decidió formarse en  Danzaterapia Clínica. Desde entonces, ha incorporado la danza a su vida, practicando diferentes modalidades como danza improvisación, danza teatro, danza contact o danza aérea.

Reconoce sentirse condicionada como mujer y creadora en el medio rural porque la exigencia física de las disciplinas que practica  no siempre es compatible con las diferentes etapas de la vida de la mujer. También por la escasez de apoyos y la dificultad para acceder a espacios e instalaciones amplias donde poder practicar danza y aéreos y el desplazamiento "obligatorio" para participar en proyectos culturales.

Pese a la reducida actividad formativa y cultural que hay en la zona (si la comparamos con la ofertada en las ciudades), ha podido construir una red de personas con las que poder bailar, entrenar y crear, aunque la dispersión geográfica no facilita la continuidad de los encuentros. Luisa forma parte de la Asociación Profesional Aragonesa de Danzaterapia y de la Asociación En Espiral, Movimiento y Consciencia, de Sabiñánigo, encargada de impulsar en la zona actividades relacionadas con la danza (formación, encuentros, laboratorios, etc.).