Laura Soriano es de Belchite, un pueblo de 1.500 habitantes ubicado en la comarca Campo de Belchite, conocido por haber sido el escenario de una de las más cruentas batallas de la Guerra Civil española. Pasear entre sus ruinas sigue estremeciendo.

Laura regresó a Belchite en 2018 porque quería retomar la vida calmada y el contacto con la naturaleza. Trabaja como guía turística en el Pueblo Viejo de Belchite y lo compagina con el dibujo, la pintura, el grabado y el carvado de sellos. Desarrolla obra propia y también encargos personalizados, generalmente retratos. Ha trabajado como profesora en Salir Con Arte y también ha dado clases particulares artísticas a niños y adultos; una actividad que le gustaría retomar cuando la situación sanitaria se estabilice.

Estudió bachillerato artístico en el Instituto Goya de Zaragoza, hizo la carrera de Bellas Artes en Teruel y al terminarla viajó a México, donde residió un par de años. Actualmente continúa desarrollando obra y cursa el máster de Profesorado en Educación Secundaria.

No se siente condicionada como mujer y creadora del medio rural. Dice que cada lugar alberga sus dificultades. A la libertad total de creación que tiene en su pueblo, se suma la tranquilidad, la inspiración y el hecho de que haya mucha menos competencia que en las ciudades. Por el contrario, no hay tanta actividad cultural, ni tiendas donde comprar material si se necesita algo urgente y desde el pueblo también es más difícil hacerse un hueco en el mercado.

Las redes sociales le han aportado un mayor alcance y visibilidad, nuevos clientes y apoyos y la posibilidad de conocer a nuevas/os artistas y nuevos modos de creación. Instagram es su ventana, su galería, porque la mayoría de encargos los recibe por esa vía. En su perfil está colgada toda su obra, también los retratos. Sus últimas exposiciones han sido en Zaragoza: en Barrio Sur y en La Vía Láctea.