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Bea Silvestre nació en Zaragoza y vive en Margudgued, un pequeño pueblo de 100 habitantes entre Aínsa y Boltaña, en la comarca del Sobrarbe. Su padre era de un pueblo de Valladolid y su madre de un pueblo de Teruel, y como ella ha pasado la mayor parte de su vida viviendo en pueblos, lleva con orgullo el sentimiento de "ser de pueblo".
Es artista multidisciplinar: actriz rural y poeta náufraga, como ella misma se define. Profesionalmente se dedica a ambas disciplinas, y también trabaja como guía local. Compagina lo que le gusta e intenta sacar a flote sus profesiones, que intercala a partes iguales. Es autónoma y en tiempos de crisis (que son todos para las y los artistas rurales, dice), compagina estos trabajos con el de monitora de comedor o de escuelas de verano.
Se formó en Teatro Experimental y Expresión Corporal Dramática en Barcelona con Jessica Walker y tiene un máster en Teatro y Terapia Gestalt. Ha asistido también a múltiples talleres y seminarios junto a profesionales de diversos ámbitos. Entre ellos, sobre danza teatro, con Inés Boza, de clown, con Félix Moreno y Antón Valén, o escritura creativa con Esmeralda Berbel. También ha participado en talleres sobre el arte de contar cuentos con Numancia Rojas, sobre la voz del cuerpo, con Víctor Turull, y de iniciación a las telas acrobáticas con Yolanda Gutierrez.
Estudió también la Diplomatura en Turismo y la habilitación de guía oficial de Aragón y Cataluña y tiene formación básica de seguridad en el mar, tripulante de cabina de pasajeros y un grado medio de conducción de actividades físico-deportivas en el medio natural.
En el teatro ha encontrado su manera de comunicar y mostrar lo más orgánico del ser humano, de lo que somos en el campo emocional. Por eso, apuesta por un teatro vivo que conmueva a quienes lo contemplan, de forma que el público pueda vivir la obra de manera ágil y auténtica. Con esta intención, también imparte talleres de teatro y emocionalidad con arte para peques y adultos.
En la escritura, tanto de cuentos como poesía, deja volar su inconsciente e imaginario más profundo, encontrándose así con sus partes más hondas y recónditas, así como reencontrando un espacio para su niña interior. Cuenta con un libro de poesía editado por Interludio: “Poemas en una botella y otros versos buscando tierra”.
Considera que la visibilidad de su trabajo está condicionada por ser mujer y artista en el medio rural. Como consecuencia, observa que se tienen menos oportunidades y la sensación de estar fuera del circuito por no vivir en ciudades. Ella misma ha intentado formar parte de agencias de actores y actrices que le han rechazado por no vivir en Madrid o Barcelona.
Echa en falta un mayor apoyo por parte de las instituciones aragonesas y cree necesarias más herramientas para dar visibilidad a las y los artistas rurales, aunque sí valora el respaldo por parte de las administraciones más cercanas, las locales, como los ayuntamientos y el Departamento de Cultura de la comarca del Sobrarbe.



