Katerina es fotógrafa profesional e imparte talleres de fotografía tratando de hacerlos de la manera más personalizada posible. Sus padres crearon un estudio de fotografía en el año 1979, así que tanto ella como su hermano se han criado entre cámaras y negativos. La fotografía siempre ha estado presente en su vida, es una parte fundamental de ella. Le interesa la fotografía reflexiva y no concibe la vida sin armonía con la naturaleza. Las relaciones humanas y el mundo rural también suelen estar presentes en su obra. Katerina cursó estudios de Imagen en Zaragoza y se dedica profesionalmente a ella desde 2008. 

En 2017 ganó la Beca VisionadosBFOTO con un trabajo que enlazaba mujeres y mundo rural. Un galardón que le abrió la puerta para exponer en diferentes lugares y festivales, como el BFOTO Festival, la Biennal de Fotografía de Olot, o la Nau Bostik de Barcelona. Desde 2018 forma parte del Proyecto Europa Creativa Reconstruction Of Identities junto a AD HOC Gestión Cultural, lo que le ha permitido hacer dos residencias artísticas en Copenhague y en Savignano, Italia.

Actualmente está terminando el libro del proyecto Espejos o Ventanas, con retratos de 101 personas, en el que lleva trabajando desde 2019.

Respecto a ser mujer y vivir en el mundo rural, cree que todavía falta mucho en lo que a igualdad se refiere, aunque a ella el medio rural le ha influido para bien. Piensa que es un regalo poder vivir y crecer en él. 

Se siente apoyada y respaldada por la gente del entorno, aunque considera que el apoyo institucional suele ser bastante escaso, y que la precariedad es el principal lastre de las actividades artísticas. Expone allá donde puede. En 2020 tuvo la suerte de realizar tres exposiciones internacionales y, aunque ha expuesto en varias ciudades, valora muchísimo el poder hacerlo también en pequeños núcleos rurales. Como bien dice: "la ciudad debe volver a mirar al campo y el campo a la Naturaleza".