Kamen Nogués Elena nació en Zaragoza y se crio en San Juan del Flumen, en los Monegros, porque su madre y su padre trabajaban allí como maestros. De hecho, fueron pioneros en la década de los setenta de una escuela activa, creativa y participativa. Vivieron allí durante dieciséis años.

Cuenta Kamen que en su familia, el arte siempre ha estado muy presente. Que de niña pasaba el día jugando y creando obras de teatro, danzas, grupos de majorettes y que, al llegar a la universidad, en las asignaturas de Expresión corporal, Gimnasia deportiva y Circo, se sentía como pez en el agua y sin esfuerzo sacaba matrículas de honor.

Con veintiséis años cumplidos se trasladó a la Almunia del Romeral, en la comarca Hoya de Huesca. La eligió por su entorno natural; por el olivar y el colmenar; por el río Guatizalema, que le serena e inspira; por el silencio y la paz que se respira; porque le gusta cuidar a los animales, la huerta y las flores; porque tenía casa y esto le permitía vivir de manera autosuficiente; y porque encontró un buen espacio donde crear.

La Almunia del Romeral está en plena sierra de Guara. La carretera termina justo allí, así que para conocer el pueblo hay que ir de propio. Hasta hace bien poco sólo vivían diez personas, pero con la pandemia han sumado población y ahora son aproximadamente veinte vecinas y vecinos. Kamen vivió allí durante tres años y creó junto al padre de su hijo un taller de artesanía (trabajaban con cuero, telas, colores y máquina de coser) que, con el tiempo, se transformó en un proyecto artístico de circo y danza llamado Zangania.

Intercalaba temporadas en otros pueblos de la provincia, Bierge, Rodellar o Torres de montes, donde se quedó embarazada. Decidió entonces trasladarse a Huesca y parir a su hijo en casa, más cerca de su familia. En la actualidad pasa largas temporadas en La Almunia del Romeral atendiendo los animales y la huerta, y creando nuevos proyectos artísticos, aunque no vive de continuo allí.

Kamen forma parte de CARPA, Asociación Aragonesa de Profesionales de Circo; de la Asociación Aragonesa de Eutonía;  y de la Asociación Profesional Aragonesa de Danzaterapia. Y su labor se desarrolla en tres ámbitos: el artístico, el pedagógico y el terapéutico.

A nivel artístico fue co creadora de la compañía Zangania Circo - Danza, cocreadora de Chocolat circo-music, y actualmente es creadora del Duo Canela Fina con el que desarrolla una pieza de danza integrada y literatura "Amorados" que se complementa con el libro "El Equilibrista, otra forma de Caminar", de Josán Rodríguez Zamora. Los dos integran este dueto. Además colabora como artista de calle, zanquista, bailarina, e intérprete, con varias compañías como P.A.i , los Titiriteros de Binéfar o Vegetal Jam. En la actualidad se encuentra trabajando en una nueva creación inspirada en la mujer, la feminidad, el juego y el humor.

Dentro del ámbito pedagógico y terapéutico está inmersa en un nuevo proyecto llamado Kamen Akuna, Cuerpo en Danza que Mece el Alma, con el que busca sanar a través de las vivencias artísticas, la danza, la expresión, la eutonía o el circo, ofreciendo talleres, clases y sesiones grupales e individuales de danzaterapia, eutonía, conciencia corporal, danza con diversidad funcional, danza improvisación, talleres de danza y empoderamiento, danza para bebés, talleres de circo, o proyectos de danza y emoción en escuelas públicas de núcleos rurales de la provincia de Huesca.

Le apasiona lo que hace pero reconoce que, a nivel institucional, no siempre se apoya lo artístico porque a la hora de aprobar proyectos priman exclusivamente los criterios económicos. También que los trámites son arduos (exigen demasiado papeleo y la figura legal es muy costosa económicamente) y hay que ingeniárselas para tener fórmulas de contratación que sean justas para los y las artistas.

Pese a ser la tónica general de su sector, reconoce que en los últimos años la política de la zona ha cambiado sustancialmente, ya que ahora se deposita mayor confianza en el gremio y se apoya y pone en valor lo que allí se crea.

Kamen no se siente condicionada como mujer y creadora del medio rural. Sabe por experiencia que en el pueblo todo cuesta un poquito más, porque tienes menos visibilidad, dependes de la ciudad para los trámites importantes, hay menos población y a veces no es fácil integrarse, pero la paciencia, el contacto con la tierra (con los orígenes), y la humildad son, según ella, las claves para crecer. De ahí que a la hora de instalarse en lo rural, recomiende buscar motivaciones que contagien e involucren a la gente del lugar, tener presente la propia historia del municipio, y cuidarlo y respetarlo.

En un futuro, dice, le gustaría poder desempeñar su labor en los demás pueblos de la zona y generar sinergias con otras mujeres para aprender juntas, disolver miedos y ser sabedoras.