Isabel Mª Aranda nació en Valencia y vive en Borrés, en la comarca del Alto Gállego, desde 2005. Un pequeño pueblo de 12 habitantes, rodeado de barrancos; apartado, pero bien comunicado. Ella es artesana. Trabaja con piel y cuero. Una tradición familiar que alcanza ya a tres generaciones. Se instaló en Borrés por amor. Su marido también es artesano, ceramista y profesor de esquí.

Isabel trabaja junto a su hermana Maria José. Por eso el taller se llama Isamar Aranda; la unión de sus dos nombres. Su familia fundó el primer taller en 1918. Primero lo llevó el abuelo, luego el padre y ahora ellas, que empezaron como aprendices durante las vacaciones escolares. Poco a poco fueron investigando y experimentando otras técnicas y, tras la jubilación de su padre, decidieron dar una vuelta de tuerca al taller y tomar el relevo.

Los suyos son diseños únicos, originales, con producción limitada y exclusiva. Piezas funcionales que elaboran a mano, de forma artesanal, con materiales de proximidad y de alta calidad y con pieles de curtición vegetal. Elaboran bolsos, carteras, monederos, complementos para despacho y cinturones para todo tipo de tallas. Forran sillas en piel de vaca con pelo y hacen zahones a medida. Y todo puede adquirirse a través de su web. Un trabajo laborioso, hecho con esmero y mucho mimo, tomando el tiempo que necesita cada pieza.

Muchas de ellas han sido finalistas en ferias artesanales de ámbito nacional obteniendo galardones varios, como el Primer Premio de Artesanía de la Cámara de Comercio de Valencia, el Primer Premio a la Pieza Única de la Casa de la Cultura de Altea (Alicante) o el Primer Premio de Pieza Única en la Feria Profesional de Artesanía Aragonesa de Zaragoza.

Trabajar en el pueblo le resulta muy cómodo. Sobre todo de cara a compaginarlo con la vida familiar y con otras actividades. Lo más complicado es el tema de la infraestructura, porque encontrar un local amplio es difícil y caro. Por eso la mayoría de los talleres que imparten ella y su hermana son en ferias profesionales de artesanía, aunque también realizan talleres participativos para ayuntamientos y particulares. Los llaman Con-Tacto con el Cuero.

Isabel no se siente condicionada por el hecho de ser mujer y creadora en el medio rural. Desde que se instaló en el Alto Gállego se ha sentido respaldada y apoyada tanto por las vecinas y vecinos como por las administraciones del entorno. Forma parte de la Asociación Profesional de Artesanos de Aragón, de la Asociación Arte y Artesanía de la Jacetania y de la Asociación de artesanos de Altea (Alicante).