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Las raíces, la familia y amistades, el hecho de tener una casa propia, y su preferencia por el mundo rural y la descentralización, son las razones por las que ha permanecido allí: es una actitud política, dice, aunque confiesa que últimamente se le hace grande y no le importaría trasladarse a un lugar más pequeño.
Elena cursó estudios artísticos en la universidad y trabaja como profesora de Secundaria, por lo que ahora todas sus energías están centradas en el desarrollo de actividades de enseñanza-aprendizaje dentro del currículo estipulado. Sigue creando obra, recoge algún encargo de cartelería e ilustración y por placer, fotografía, escribe y cose, pero ya no tiene el tiempo suficiente para realizar las obras que le gustaría. Es por eso que no desarrolla instalaciones, ni escultura, ni performances.
Sí se siente condicionada como mujer y creadora del medio rural. A parte de la carga social y familiar que recae sobre las mujeres, el dar una salida económica a las creaciones se le hace más difícil por la escasez de público interesado y de centros y espacios artísticos. También por la falta de apoyo institucional, por la dificultad para conseguir formaciones y desarrollar nuevas competencias y por los servicios de internet, la gestión de los envíos y la venta online. Si no estás dentro del mercado del arte o no consigues becas, explica, la profesión no comporta ingresos económicos y hay que morir al palo de lo práctico.
A la hora de instalarse en el medio rural recomienda ser muy activa en redes sociales, abrir las puertas del taller (si lo hubiese) e integrarse en el pueblo. Ella las usa (Instagram y Facebook) para mostrar sus trabajos, darse a conocer y generar interacciones y vínculos. Cuenta que están montando una asociación en Tarazona, grupo de arte Clarión, que aglutina a artistas multidisciplinares de toda la comarca, y con la que pretenden dinamizar el territorio, generar sinergias y acercar el arte a la población con actividades artísticas, encuentros y talleres, haciendo hincapié y facilitando el acceso a la gente con menos recursos.
A corto y medio plazo se ha fijado otro objetivo: comenzar a ofrecer talleres, pero para arrancar necesitaría un espacio adecuado, sea municipal o no, formación para aprender a elaborar presupuestos y a desglosar actividades, y algo de ayuda económica para promocionarse.



