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Marina Jiménez es de Tarazona, un pueblo de 10.000 habitantes de la comarca de Tarazona y el Moncayo. Allí ha vivido toda la vida. El arraigo, el potencial artístico y cultural de la localidad y su proximidad con el Parque Natural del Moncayo son los motivos que le han hecho permanecer en su tierra.
Marina es educadora social y artesana textil. Su abuela le enseñó a coser cuando era pequeña y desde entonces no ha parado. Un día decidió hacerse una compresa de uso personal y poco a poco fue perfeccionando la técnica hasta que nació Compresas Pañicos. Bajo esa marca confecciona compresas de tela reutilizables, hechas a mano de manera artesanal y con muchísimo amor. Utiliza materiales naturales y ecológicos como alternativa a las compresas sanitarias desechables del supermercado. Cuida el cuerpo y el medioambiente.
No se siente condicionada por el hecho de ser mujer y creadora en el medio rural y tampoco cree que la ciudad pueda aportarle mayores oportunidades de desarrollo. Aunque sí que es cierto que tiene que desplazarse hasta allí cuando necesita nuevas telas y materiales. Los requisitos administrativos son, en su opinión, el principal impedimento para poder vivir de la artesanía. De ahí que recomiende, por lo menos al principio, disponer de ingresos complementarios. En un futuro le gustaría impartir clases de costura y desarrollar al mismo tiempo espacios de sororidad y autocuidados entre personas menstruantes y cíclicas.
Las redes sociales (Facebook e Instagram) son su ventana, su escaparate, y le han permitido afianzarse y darse a conocer. Ver como prospera un proyecto personal en el que ha volcado tanta ilusión le emociona. Ese es el mejor de los regalos.