María José Blanco nació en Sariñena, un pueblo de 4.000 habitantes de la comarca de Los Monegros en el que ha vivido casi toda la vida; disfrutando de esos amaneceres que quitan el aliento y de la laguna, una de las más grandes del país.

María José es informática y psicóloga, trabajos que compagina con la pintura, el grabado, la escritura y el diseño gráfico. Empezó a pintar y a dibujar de pequeña gracias a su padre, Faustino Blanco Gari. Después fue formándose en distintas técnicas; llegaron el óleo, las acuarelas, las técnicas mixtas y el grabado. Su nombre artístico es Blanco/Gisele. Suele exponer en diferentes espacios de la comarca y provincia y cada cuatro años organiza en Sariñena una exposición conjunta con su padre.

Pintar le resulta muy gratificante, le permite investigar, mezclar técnicas y materiales, desarrollar la imaginación y al mismo tiempo mostrar un sinfín de emociones. No le resulta fácil vivir del arte, casi nadie es profeta en su tierra y muchas veces faltan apoyos. A esto hay que sumar las dificultades para formarse y dar a conocer la obra. Algo que no ocurre en los circuitos artísticos urbanos.

A través de la informática descubrió las artes gráficas y con la psicología llegó a los cuentos infantiles. Ella misma los escribe, diseña y maqueta. Son “libros” para niños que arrastran problemas emocionales y cognitivos y que utiliza en distintas actividades que organiza para ellos. Imparte talleres de arteterapia y cursos de dibujo y pintura para niños y adultos. Y, aunque sorprenda, le resulta más fácil organizarlos en otras provincias y municipios de la comarca que en su propio pueblo.