Ana Escar es de Tabernas de Isuela, un pueblo muy pequeño de la comarca Hoya de Huesca en el que viven 18 personas. Marchó fuera para estudiar y en el 2013 regresó y se estableció allí. La tranquilidad, la naturaleza y el poder tener espacio para un taller propio fueron las razones que condicionaron su vuelta. También el tiempo, que en un pueblo se saborea más. 

Ana es artista plástica. Estudió Bellas Artes en Barcelona y amplió conocimientos en la Royal University of Fine Arts de Estocolmo. Desde entonces siempre ha estado trabajando en su faceta creativa. Trabaja la abstracción y el collage utilizando la palabra como herramienta y la pintura como expresión. 

Su trabajo se engloba principalmente en las técnicas de la pintura y el collage, aunque también utiliza otros materiales de manera esporádica. Realiza exposiciones individuales y colectivas a nivel nacional, participa en algunas ferias y expone sus piezas en tiendas especializadas de arte. En ciertas épocas del año compagina su faceta artística con trabajos puntuales, primando siempre el tener tiempo para seguir creando.

Se siente agradecida por poder hacer lo que quiere y le contenta ver cómo el público disfruta con su trabajo. Pero también es consciente de que en un pueblo cuesta mucho más llegar al público y crear un circuito de gente que se desplace hasta allí para conocer su estudio. Aún así, hay más pros que contras: el silencio para trabajar, el contacto directo con la naturaleza y la inexistencia de distracciones se traducen en una mayor producción y en un aumento de la creatividad. Imparte talleres desde hace años. Internet y las redes sociales (Facebook e Instagram) le han influido de manera positiva, son su escaparate y la puerta de entrada a encargos y clientes.