Este usuario aún no ha añadido información a su perfil.
Montechochori es un proyecto alalimón surgido alrededor de unas botellas de vino compartidas entre amigas. Un matrimonio empresarial de dos mujeres cisgénero, adolespaúsicas y vulvaportantes, parido en el Sobrarbe tras la pandemia.
Montechochori es Celia y Ana, catalana y madrileña, zurda y diestra, ordenada y caótica. Un proyecto de diVULVAción feminista en formato cooperativa, que se vale del humor para aniquilar falsas creencias y estereotipos machistas. Por un lado está la tienda, a través de la cuál comercializan objetos cotidianos con imágenes de vulvas que ellas mismas diseñan: neceseres con vulvas dentadas para que nadie meta la mano, tazas vulvalingües para aprender a mentar la vulva en múltiples idiomas, camisetas y totes vulvásticas, monederos Chumi Print (versión vulvar del afamado animal print), etc. Productos con los que tratan de generar cambios internos en las personas que los adquieren y, al mismo tiempo, provocar transformaciones colaterales con las conversaciones que se generan cuando los usas. El 10% de los beneficios obtenidos con cada artículo, lo destinan a proyectos que trabajan con mujeres en situación de mayor opresión.
¿Por qué lo hacen? Porque están convencidas de que la suma de pequeños cambios puede transformar el mundo desde lo cotidiano y accesible. "Lo que ocurre -explica Ana- es que tú naces con una vulva entre las piernas, eres una mujer con todo lo que conlleva y te cae un paquetón de mierda envuelto con un lacito rosa y ¡alaaa, al mundo! Nuestra genitalidad nos define y nos condiciona, y nosotras queremos que además sea nuestro trampolín de cambio y que nos libere. Romper con la autocensura y darle el espacio que se merece."
Por esa precisa razón, han iniciado una campaña en change.org para pedir a la RAE que modifique su definición de la palabra vulva (conjunto de las partes que rodean la abertura externa de la vagina) por considerarla incompleta, imprecisa e invisibilizante.
Para sacarla del ostracismo, eliminar tabúes y dotarla de la identidad y la imagen social que se merece, Celia y Ana organizan dos tipos de taller: No soy vulgar, soy vulvar y quiero volar, un taller de creación de tote bags personalizadas con elementos textiles; y Dibuja tu vulva, para juntarse a dibujar, charlar y hacer tus propias chapas vulvares. "No se trata de hacer obras de arte o mostrar un dominio de la técnica, se trata de sumar representación a otras muchas para componer una imagen global entre todas, una construcción común. Construir referentes visuales distintos", añade.
Ahora están recopilando muchos de esos dibujos y otros tantos que van recibiendo vía web, para publicar un libro. Un trabajo que incluirá artículos de expertas sobre violencia obstétrica, menopausia y climaterio, sexualidad y placer o mutilación genital, y que verá la luz a finales de 2024. A todas las mujeres que participen, les harán llegar una copia digital del mismo y una chapa con su dibujo en miniatura.